Ayer tarde un prudente grupo de aguerridos "manifestantes" nos juntamos delante del ayun para protestar de manera totalmente pacífica por el desalojo de la FDS. En la concentración había niñas, niños, pares y mares, y muchos amiguetes que no paraban de darse abrazos y besos cada vez que se encontraban por primera vez. Era de esperar tal despliegue de merengue teniendo en cuenta que la mayoría nos conocemos y hasta nos queremos. Muchos bromeábamos comentando que más que una manifestación parecía una convención de los teletubis (!!! Hola Lala, hola Yonkikinki, abrazo fuerte!!!. Pero de vuelta, sucedió algo inexplicable.
Un grupo de personas vestidas de azul oscurito, que me atrevería a asegurar era más numeroso que el grupo de concentrados, cargaron contra el grupete, apaleando según testigos visuales, hasta pares acompañados de sus crianzas.
Puedo asegurar, al menos hasta lo que yo ví, que antes de la carga no hubo insultos ni provocaciones.
Mientras tanto miles de malandrines vestidos de chaqueta okupan edificios oficiales sin que sufran represalia ninguna, bajo el beneplácito de la población en general y de los hombres de azulito oscuro en particular.
En fin, a mí que me lo expliquen, porque últimamente no entiendo nada. ¿Se merece más una paliza un padre con su hija de tres años que van a manifestarse en contra del desalojo de lo que se ha convertido en uno de los centros sociales del barrio, o un chaval de 27 que no habla por no ofender, que el señor Montedeserrín, o cualquiera de los seres pertenecietes a su calaña?. Evidentemente no voy a hacer apología de la violencia, pero a más de uno de esos mequetrefes les hacía yo un paseíto de mosca y lo jinchaba de collejitas, no violentas, eso sí, pa que no se diga.
Ahí está la versión extendida del desalojo de FDS.
miércoles, 3 de junio de 2009
martes, 2 de junio de 2009
Desalojan la Fábrica de Sombreros.
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